
Es inevitable en estos días no tocar el tema de la independencia de Cataluña y eso que el asunto ya cansa. Son muchos años aguantando sus quejas y lamentaciones por el presunto maltrato que sufren del resto de España, cuando Cataluña siempre ha tenido privilegios que no tienen otras Comunidades Autónomas, como por ejemplo la nuestra.
Cabe hacer un poquito de memoria, sin necesidad de alejarnos mucho en el tiempo, para comprobar que es incierto que «España les robe», idea con la que lavan el cerebro de los niños desde bien pequeños en la escuela.
A modo de ejemplo:
La primera línea férrea de España es la Barcelona-Mataró, en 1848. La primera empresa de producción y distribución de fluido eléctrico a los consumidores se creó en Barcelona, en 1881, se llamaba, y es significativo, Sociedad Española de Electricidad. La primera ciudad española con alumbrado eléctrico fue Gerona, en 1886. El resto de España aportaba mano de obra masiva y barata para atender a la única industria que existía, la catalana (salvo el oasis de Vizcaya).
En el siglo XX llegaran más ventajas competitivas para Cataluña. En 1943, Franco establece por decreto que solo Barcelona y Valencia podrán realizar ferias de muestras internacionales. Ese monopolio durará 36 años. Fue abolido en 1979 y solo entonces podrá crear Madrid su feria, la hoy triunfal Ifema. Catalanas son las primeras autopistas que se construyen en España. La fábrica de Seat, la única marca de coches española, se lleva a Barcelona. Otro hito son los Juegos Olímpicos del 92, un plató de eco universal, conseguido, concebido y sufragado como proyecto de Estado./…/ En los años noventa se completará la entrega a empresas catalanas del sector estratégico de la energía, un opíparo negocio inscrito en un marco regulado. En 1994, el Gobierno de Felipe González vendió Enagás, monopolio de facto de la red de transporte de gas en España, a la gasera catalana, por un precio inferior en un 58% a su valor en libros. Repsol, nuestra única petrolera, también pasará a manos catalanas. Los modelos de financiación autonómica se harán siempre a petición y atención de Cataluña./…/ Todas las capitales catalanas están conectadas por AVE en la primera década del siglo XXI,»
mientras que otras partes de España ni la tienen, ni la esperan.
Estos datos los he obtenido de un artículo de ABC titulado De cómo Cataluña se volvió rica y Galicia, pobre.
Pues bien, pese a todo esto, Cataluña es una de las Comunidades Autónomas de España más endeudada, según datos del periódico Expansión, la deuda pública en Cataluña en el segundo trimestre de 2017 ha crecido en 1.265 millones de euros y se sitúa en 76.727 millones.Con esta deuda Cataluña ha sido la Comunidad Autónoma con más deuda de España en el segundo trimestre.
Los catalanes son los más endeudados de España. Sin embargo, también los catalanes gozan de mejor nivel de vida que el resto de españoles. En Cataluña hay un menor índice de paro que en el resto de España y en cuanto al PIB per cápita, que es un buen indicador de la calidad de vida, en Cataluña en 2016, fue de 28.590€ euros, frente a los 24.100€ euros de PIB per cápita en España. Esta cifra supone que sus habitantes están entre los que tienen mejor nivel de vida, ya que ocupa el 4º puesto en el ranking de PIB Per cápita de las Comunidades Autónomas.
Pese a todo, hay un porcentaje de la población de Cataluña, que se considera injustamente tratado por el resto de España y que quiere la independencia. Como existe también un porcentaje indeterminado de la población de Cataluña que se siente catalán y español a partes iguales. Hasta ahí, todo correcto, cada uno es libre de sentirse y expresarse como quiera. El problema surge cuando una parte de la población quiere imponerse sobre la otra parte y sobre el resto de España con medidas de presión, ya que con la ley y la Constitución en la mano no tienen nada que hacer para salirse con la suya.
Hace unos días leía en las redes sociales un ejemplo muy gráfico sobre la situación actual de Cataluña, utilizando el fútbol que parece que es algo que todo el mundo entiende.
Decía así:
Imaginemos que estamos en una liga de equipos, y repentinamente en uno de los partidos, uno de los equipos, decide que va a tirar un penalti a dos metros del portero.
Lógicamente, el otro equipo indignado protesta , primero porque no ha sido penalti y segundo, porque el reglamento dice que se debería tirar a 9 metros.
Ante la protesta, el otro equipo contesta que se han puesto de acuerdo la mayoría de sus jugadores, y que como tienen derecho a decidir lo tiran a dos metros, saltándose las normas del juego.Ante esta situación mi equipo está indignado, porque piensa que para poder hacerlo, primero tendríamos que haber cambiado las normas del juego entre todos los equipos que jugamos en la misma liga, para que todos pudiésemos jugar en igualdad de condiciones y ninguno fuésemos perjudicados.
Mientras mi equipo pierde el tiempo, pensando todo esto, ellos siguen empecinados y han puesto el balón a dos metros y van a disparar, se han saltado las normas y lo van a tirar.
Nosotros somos el portero, y sólo tenemos dos opciones, acogernos al reglamento y no dejar que lo tiren, o dejar que lo tiren y esperar a ver cuál es la próxima regla que se saltan para seguir aprovechándose de nosotros, hasta que termine el partido.»
En España la Constitución Española y la Ley Orgánica 2/1980, de 18 de enero, sobre regulación de las distintas modalidades de referéndum, nos dan las normas de juego para convocar un Referéndum. Normas que se han saltado a la torera las autoridades catalanas. También se nos dice cómo se debe proceder a la votación. Que sin entrar a valorar los requisitos, (voto individual, libre, secreto, directo…) ya podemos decir que no de la forma en que se hizo el pasado domingo. Y el artículo 155 de la CE nos dice también cómo se debe proceder cuando una C.C.A.A no respeta la Constitución y actúa atentando gravemente a los intereses generales de España.
A mí no me vale que la gente justifique la actuación de los políticos catalanes porque el Gobierno no les deja decidir. No señores y señoras, es que no tienen derecho a decidir si no es por medio del procedimiento establecido para ello. Lo que tienen que hacer los políticos catalanes en conseguir la representación y los apoyos necesarios en el congreso para poder convocar el referéndum legalmente, conforme a las normas que nos rigen a todos. El problema es que saben que no los tienen ni los van a conseguir, porque aunque no les guste, hay una «mayoría silenciosa» en Cataluña que se siente española y que cuando llegan las elecciones autonómicas y nacionales dan su confianza a partidos no nacionalistas. Sólo que hacen menos ruido que los independentistas.
Así que yo le pido al Gobierno, que independientemente de que le apoyen o no el resto de Grupos Políticos, aplique el artículo 155 de la CE.
Rosa Pilar Sáez, 2/10/2017
Deja una respuesta