Me refiero con el título de este post a los consejos que amigos, bienintencionados la mayoría, pero generalmente sin conocimientos jurídicos algunos, dan a aquellos que están inmersos en un proceso judicial, a punto de iniciarlo o asesorándose sobre él.
Las personas somos especialmente vulnerables cuando nos afecta algún problema o adversidad y por regla general, salvo que seamos reservados, compartimos con nuestros allegados, amigos y familiares nuestras preocupaciones y sentimientos, lo que nos lleva a exteriorizarlos en cualquier lugar y situación.
Hasta ahí todo lógico y normal, el problema surge cuando nuestros amigos no se limitan solo a escuchar nuestra cuitas, sino que opinan y asesoran sobre cuestiones que no dominan, llevándonos a errores que no nos benefician, o sembrando la duda sobre la labor que está realizando nuestro abogado.
Los españoles somos muy dados a aconsejar y a ayudar, «de oído», pero no somos conscientes de que con nuestra aportación podemos estar consiguiendo precisamente lo contrario de lo que pretendemos, llenando de dudas a nuestro amigo e incluso llevándolo a realizar actuaciones que son contrarias a sus propios intereses.
Cada caso y cada situación es un mundo, por eso los abogados, una vez estudiado el caso concreto asesoramos lo mejor y más conveniente para los intereses de nuestros clientes. Es muy peligroso dejarnos llevar por los consejos de un amigo, que nos asesora en función de lo que le pasó a él o lo que sabe que le pasó a su vecino. Porque podemos estar haciendo algo que en nuestra situación está totalmente desaconsejado.
Por último, quiero destacar la figura de ese amigo que todos tenemos, (que no es que quiera ayudarnos), es que sabe más que nadie de cualquier tema que se le presente, sea de leyes, de medicina, de arte o de robótica. Y que con ese conocimiento tan profundo que tiene de todas las cosas, pone en duda cualquier aspecto que hayas tratado con tu abogado. Sembrando la duda y poniendo en peligro vuestra relación de confianza.
- ¿Ese es el acuerdo al que ha llegado tu abogado? mira a ver que tu abogado se ha puesto de acuerdo con el otro.
- Esa pensión que vas a pagar es muy alta, ¿con qué vas a vivir tú?
- ¿Qué te tienes que ir de tu casa? pues sí hombre, si quiere que se vaya ella, que para eso es la que se ha echado un novio.
- ¿que no te ha entregado al chiquillo a la hora exacta? vete ahora mismo a denunciar.
- ¿dos meses y aún no tienes sentencia? mira a ver que tu abogado está muy relajado, que eso no es normal que tarde tanto…
Podría seguir poniendo ejemplos y seguro que más de uno se sentirá identificado en una o en otra posición. Dando los consejos o recibiéndolos. Por eso pido prudencia y si de verdad queremos ayudar, debemos abstenernos de opinar de lo que no sabemos. Y si somos los afectados por el problema, antes que pedir consejo a cualquier voluntario que nos encontremos en la barra de un bar, mejor consultar con un profesional que nos guiará los pasos para no perjudicar nuestros intereses con actuaciones que seguramente podríamos haber evitado.
Rosa Pilar Sáez Gallego. 06/09/2016
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Un buen artículo, que explica y detalla, porque se considera Opinar sin saber, el «deporte nacional», por encima del fútbol.